El sistema bancario actual

La función social del sistema financiero tendría que ser, y había sido hasta hace unos años, facilitar las relaciones entre las personas que tienen excedente de dinero y las que tienen necesidad de él.

Debido a la búsqueda continua del máximo beneficio que persiguen las instituciones financieras, entre ellas los bancos y cajas de ahorro, se han convertido en las principales fuentes de alimentación de la especulación, de las burbujas inmobiliarias, de la inversión en paraísos fiscales, e incluso en partícipes de actividades ilícitas e inmorales.

En los últimos tiempos de globalización económica, la estructura financiera se ha hecho cada vez más compleja y sofisticada hasta alcanzar dimensiones planetarias. A nivel mundial se intercambian las 24 horas del dia un complejo entramado de sofisticados productos financieros que crece enormemente. Este incremento de las transacciones financieras, muy por encima de los intercambios comerciales de las empresas que se dedican a la producción y comercialización de bienes, configura una economía altamente especulativa y volátil, cada vez más alejada del control de cualquier tipo de autoridad nacional o internacional.

Como vemos, ya no sólo ejercen la función de intermediarios creditícios sino que estas instituciones acuden a los mercados financieros para realizar grandes inversiones, habitualmente de carácter especulativo y sólo teniendo en cuenta criterios de rentabilidad, ignorando qué tipo de producto financiero se contrata, qué actividad, sector o empresa se está financiando.  Además, en muchos casos han involucrado a los ciudadanos en este gran casino sin haberles informado correctamente, vendiéndoles productos de inversión tóxicos como por ejemplo las participaciones preferentes, provocando que muchas personas hayan perdido sus ahorros (para más información ver  el documental  de ADICAE Mis ahorros su botín).

Esta situación ha provocado que cada vez bancos y cajas inviertan menos en la economía real, es decir, que se financie menos la actividad productiva de las empresas que crean empleo así como a las personas que necesitan de él, ya que las grandes ganancias las obtienen gracias a la especulación. Otro apunte sumamente importante es que, cuando ganan en los mercados se quedan todos los beneficios, pero cuando pierden, socializan sus perdidas y nos las hacen pagar entre todos los ciudadanos sin que ni siquiera se depuren responsabilidades a los malos gestores que han provocado esta terrible situación.

Dada la transformación que se ha producido en el sistema financiero, es sumamente necesario que nos planteemos algunas preguntas para saber que hacen bancos y cajas con nuestro dinero:

- ¿Cómo utilizan mi dinero? ¿A quién se lo prestan?

- ¿Mi dinero sirve para fabricar armas, perjudicar al medio ambiente o vulnerar los Derechos Humanos?

- ¿Gestiona el banco mi dinero en sintonía con mis valores?

- ¿Mis ahorros pueden contribuir al desarrollo de otros países, comunidades o personas?

Si estamos atentos, podremos comprobar como muchas de estas instituciones sí invierten y financian empresas que fabrican armamento, empresas que contaminan gravemente el planeta, empresas que no respetan los derechos humanos, etc. (http://finanzaseticas.org/; http://www.bancalimpia.com/). Por ello, tenemos que ser conscientes que con nuestros ahorros, directa o indirectamente, ayudamos al desarrollo de un tipo de economía y, en consecuencia, un tipo de sociedad.

Debemos tomar conciencia que la responsabilidad en el uso del dinero es también nuestra como ahorradores y personas que depositamos nuestro dinero, poco o mucho, en bancos, cajas y otras entidades financieras. Por ejemplo, los fondos de pensiones, los fondos de inversión y las aseguradoras gestionan una enorme masa de dinero aportado por miles y miles de personas, las cuales no pueden ejercer ningún tipo de control respecto a su uso y sentido que se podría dar a estas inversiones.

Para ampliar información consultar las referencias bibliográficas o enlaces adjuntos (ver para saber más).